¿Y si las civilizaciones más avanzadas usan a los agujeros negros como computadoras cuánticas gigantes?

Un equipo de investigadores germano-georgiano ha propuesto que las civilizaciones extraterrestres avanzadas podrían utilizar agujeros negros como computadoras cuánticas. La teoría se basa en que los almacenes más eficientes de información cuántica son los agujeros negros.

Según la teoría de la Paradoja de Fermi, que ha atormentado a astrónomos y cosmólogos casi desde el nacimiento de la astronomía moderna, si la vida avanzada hubiera surgido en nuestra galaxia en algún momento del pasado, veríamos signos de su actividad dondequiera que miráramos. Los científicos han buscado principalmente mensajes de radio para buscar tecnofirmas, pero el enfoque limitado es una de las principales razones por las que SETI no ha podido encontrar ninguna evidencia de firmas tecnológicas.

Conoce más de la Paradoja de Fermi

El artículo que describe los hallazgos de la investigación ha aparecido recientemente en línea y está siendo revisado para su publicación en el International Journal of Astrobiology. Aunque la idea de que las civilizaciones avanzadas usen agujeros negros como computadoras cuánticas gigantes puede sonar como algo de ciencia ficción, los autores del estudio explican que es probable que estas civilizaciones utilicen tecnología que les permita aprovechar al máximo los recursos disponibles en el universo.

Esta idea se basa en el trabajo del ganador del premio Nobel Roger Penrose, quien propuso que se podría extraer energía ilimitada de un agujero negro aprovechando la ergosfera. Este espacio se encuentra justo fuera del horizonte de sucesos, donde la materia que cae forma un disco que se acelera casi a la velocidad de la luz y emite enormes cantidades de radiación. Varios investigadores han sugerido que esta puede ser la fuente de energía definitiva para las ETI avanzadas, ya sea alimentando un SMBH con materia (y aprovechando la radiación resultante) o simplemente aprovechando la energía que ya emiten. Dos posibilidades para este último escenario implican aprovechar el momento angular de sus discos de acreción (el “Proceso de Penrose”) o capturar el calor y la energía generados por sus chorros de hipervelocidad (quizás en forma de Esfera de Dyson).
En su artículo posterior, Dvali y Osmanov sugieren que los agujeros negros podrían ser la última fuente de computación.
Esto se basa en las nociones de que:

a) el avance de una civilización está directamente relacionado con su nivel de desempeño computacional,
b) que existen ciertos marcadores universales de avance computacional que pueden usarse como firmas tecnológicas potenciales para SETI.

Si bien la teoría es interesante, aún no hay evidencia que respalde esta hipótesis. Otros científicos sugieren que las civilizaciones extraterrestres avanzadas podrían estar involucradas en actividades y lugares que las harían menos notorias, y desafían la noción de que la vida avanzada operaría en escalas tan masivas. Además, los astrónomos y astrofísicos recomiendan ampliar la búsqueda de tecnologías y métodos para encontrar tecnofirmas, como la energía dirigida (láseres), emisiones de neutrinos, comunicaciones cuánticas y ondas gravitacionales.

A pesar de que la teoría de utilizar agujeros negros como computadoras cuánticas gigantes sigue siendo una hipótesis, ofrece una explicación de la aparente falta de actividad que vemos cuando miramos el cosmos. También es importante recordar que la ciencia está constantemente evolucionando y que las teorías pueden ser revisadas y mejoradas con el tiempo. A medida que los avances tecnológicos continúan acelerándose, es posible que se descubran nuevas formas de detectar y comprender la vida extraterrestre, lo que permitirá a los científicos continuar explorando este fascinante campo de la ciencia.

Conoce más del Proyecto SETI

Te invitamos a ver este video de Jill Tarter, Directora Emérita de Investigación SETI.